VALLADOLID A DEBATE
PROPUESTAS PARA EL SIGLO XXI
Pablo Gerbolés, presdiente de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Valladolid
Tomó las riendas de la Federación de Asociaciones de Vecinos 'Antonio Machado' hace siete meses y ha tratado de abrir cauces de diálogo con el Ayuntamiento.
Abogado de profesión, es un gran usuario de las redes sociales, a través de las cuales expone las actividades de las asociaciones vecinales de Valladolid.
Como representante de los vecinos -bueno, exactamente de las asociaciones vecinales-, Pablo Gerbolés prefiere observar el futuro de Valladolid con los pies en la tierra. A un lado quedan los planteamientos grandilocuentes y los megaproyectos. Sus prioridades están en el día a día, en las cuestiones humildes. En las farolas rotas, las pintadas, las baldosas que se mueven y sobre todo la vida de los barrios. Como él dice: «Es el momento de aplicar una economía de guerra».
«Los grandes proyectos son golosos para un político. Dan un rendimiento electoral, pero los vecinos de a pie tenemos otros problemas. Mientras el desempleo, el cierre de negocios o las bajadas de sueldo se encadenan, aquí sólo pensamos en hacer edificios imponentes. En unos años, dar una solución a estos problemas debe ser lo prioritario. Todos debemos ser más humildes y frenar un poco la escalda de grandeza», asegura el presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos, Antonio Machado.
«Ahora hacen falta más las inversiones de barrio o de distrito , como guarderías, centros de acción social o centros de día para mayores, que los grandes proyectos de ciudad como el Palacio de Congresos o el Valladolid Arena. La gente lo entiende como un dispendio», sostiene Gerbolés.
En este sentido, una de las medidas que propone es sacar partido a lo que ya hay, o lo que es lo mismo, la rehabilitación, pero no sólo de viviendas en los barrios -aplaude con fervor las intervenciones en Rondilla y la planteada en Pajarillos y cree que se tienen que extender a más zonas de la ciudad- sino también de otros edificios que se quedan en desuso. «Antes de levantar nuevos inmuebles o extender la ciudad, las instituciones tienen que ver la forma de aprovechar todos los espacios públicos vacíos. No pueden dejar caer las cosas», reclama. Y pone ejemplos: el colegio Juan de Austria, en la Rondilla, la antigua sede de Sanidad en La Victoria o el Cristóbal Colón en Pajarillos.
Además del abandono de edificios públicos vacíos, Pablo Gerbolés reclama una mayor celeridad por parte del Ayuntamiento y también de la Junta a la hora de dotar de servicios públicos a los nuevos barrios. «Muchos pasan demasiado tiempo sin infraestructuras básicas, como guarderías, colegios, institutos o centros cívicos y a veces cuando se crean se ha pasado el momento de mayor necesidad». Y aquí también cita algún ejemplo, como el instituto en los barrios emergentes de la zona sur (Covaresa, Parque Alameda y El Peral).
El Ayuntamiento no tiene competencias en materia de empleo, pero sí puede poner en marcha instrumentos que favorezcan la implantación de empresas. «Valladolid no puede renunciar a la industria, porque si no, a quién se van a prestar los servicios», se pregunta Gerbolés. «Sin nuevas fábricas, la ciudad se quedará vacía. La gente sólo vendrá si ve que aquí hay futuro», añade. Por esa razón considera prioritario el desarrollo de nuevos polígonos, como los planteados en la zona de Palomares.
A un proyecto al que no renunciarán los Vecinos será al soterramiento de las vías del ferrocarril, que supondrá la desaparición de la herida abierta por el tren en la ciudad y la separación de barrios. «Es fundamental para Valladolid, pero a día de hoy son demasiadas las dudas que se ciernen sobre él y nos gustaría que alguien nos explique si se va a hacer y cuándo. Empezamos a dudar que no hayamos sido testigos de un cuento», sostiene el presidente de la Federación Antonio Machado. Aún así, no tira la toalla, si bien al Plan Rogers le ve una pega, la principal: el modelo de financiación.
Donde Gerbolés se muestra más pesimista es en los efectos del AVE sobre la economía de Valladolid. «La comunicación ferroviaria con Madrid lleva aquí ya tres años y no hemos visto un milagro de atracción de empresas que se vaticinaba, más bien al contrario el peligro es que Madrid nos coma terreno», asegura al tiempo que insiste en la necesidad de reforzar la apuesta industrial para atraer empresas y con ellas, población.
Pablo Gerbolés, presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Valladolid. Fotografía: Motse Álvarez. Diario de Valladolid-El Mundo.
«La gente de Parquesol es más vecina de Arroyo que de Rondilla»
«La dimensión de Valladolid ya no es la de ciudad. Todos somos uno. Que no lo vean los políticos es tan absurdo...». El presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos Antonio Machado, Pablo Gerbolés, considera uno de los grandes fracasos de la legislatura la incapacidad de echar a andar el área metropolitana. «¡Anda que no gastaron páginas los partidos en sus programas de 2007 sobre esta materia! ¿Dónde está ahora ese Valladolid Abierto o ese Gran Valladolid al que se referían?», recrimina.
Gerbolés considera que ya las propias personas, individualmente, han superado la división administrativa del municipio. «Alguien que viva en Parquesol es más vecina de uno de Arroyo que de una persona de la Rondilla o del Barrio España y eso se tiene que llevar a la práctica», exhorta.
La ordenación más allá del municipio hubiera evitado muchos quebraderos de cabeza tanto a la ciudad como a las localidades del alfoz, a juicio del presidente de los Vecinos. El más recurrente en los últimos años, la ubicación de los centros comerciales o determinados servicios. «Sin embargo, los ayuntamientos, en lugar de colaborar compiten por quién es el que hace más cosas. No pasa nada por ceder de vez en cuando», insiste.
Otra de las cuestiones que podrían experimentar una notable mejoría con una ordenación del área metropolitana, a juicio de Gerbolés, es la movilidad, con una coordinación de líneas de transporte público que eviten el abuso del coche privado.
En este aspecto, una de las críticas del presidente de la Federación Antonio Machado va dirigida a la organización de las líneas de autobús -«hay que racionalizar los recorridos, no puede ser que media ciudad haya cambiado de hospital y los autobuses sigan parando en el mismo sitio»- y a la política de aparcamientos en el centro que sirven de «atracción de tráfico». «Si la gente sabe que no va a tener dónde dejar el coche no entraría hasta el mismo casco histórico».
Y aunque considera que hay que frenar los grandes proyectos, el tranvía no lo ve mal. «Hay que calcular los costes en función de las personas que se benefician de los servicios y en este caso podrían ser muchos beneficiarios».
MEGAPROYECTOS
«Los ciudadanos ven como un dispendio el palacio de Congresos y el Arena»
SOTERRAMIENTO
«Es fundamental para Valladolid, pero ya dudamos si será un cuento»
NECESIDADES
«Los barrios necesitan guarderías, centros cívicos, centros de día...»
ECONOMÍA
«Sin nuevas fábricas en Valladolid, la ciudad quedará vacía»
Fuente: Texto: Pablo Álvarez, Fotografía: Montse Álvarez , Diario de Valladolid-El Mundo, 18-10-2010