Hay semanas que comienzan desgarrando el alma. En Salamanca el domingo por la tarde apareció muerto en un cajero automático un hombre sin hogar. Mientras las noticias hablaban de derroches con tarjetas negras, la realidad nos mostraba la otra cara de los cajeros.
Unos tanto y otros tan poco. Eso escandaliza, indigna, apena. En esta misma línea, esta semana hemos podido saber, gracias a Oxfam, que las desigualdades en este planeta no han dejado de crecer. Entre otros escalofriantes datos, el informe de esta organización aporta cifras de aquí. Los 20 más ricos de España tienen tanto dinero como los 14 millones más pobres. Resulta espeluznante tratar de visualizarlo. Unos luchando (o ya rindiéndose) para intentar salir adelante, para comer, para cuidar a la familia, para cubrir los gastos de los niños, para llegar a fin de mes. Y otros con todo lo que se puede soñar y seguramente con codicia a la caza de más. En el enlace anterior de la noticia publicada por La Ser se puede leer: "en el último año las 20 personas más ricas de nuestro país incrementaron
su fortuna en 15.450 millones de dólares, más de 1.760.000 dólares por
hora, y poseen hoy tanto como el 30 por ciento más pobre de la población (casi 14
millones de personas)", según la misma fuente. "En la escala más alta, el 1 por ciento de los más ricos de
España tienen tanto como el 70 por ciento de los ciudadanos y tan sólo 3
individuos acumulan una riqueza que duplica con creces la del 20 por ciento más
pobre de la población. En su conjunto, las 20 mayores fortunas de España
alcanzaron en marzo de este año una riqueza de 115.400 millones de
dólares". Así las cosas, este es uno de los casos en los que España está en primera línea en la Unión Europea: Somos el segundo país en desigualdad. Triste mérito. ¿La salida? Medidas más redistributivas de la riqueza, algo que a los que tiene la sartén por el mango no les apetece.
Mientras, los más vulnerables, los niños, son los más perjudicados. Así lo ha hecho saber Unicef . Según publica El País, Presupuestos Generales de 2015.
Save the Children, también recuerda que el gasto público dedicado a las familias con hijos
es “muy inferior” a la media europea: un 1,4 por ciento del PIB frente al 2,3 por ciento en
la eurozona. Por eso, la ONG ha pedido al Gobierno que aumente ese
porcentaje al 2 por ciento del PIB. En este área de la pobreza infantil también somos punteros en lo negativo. Somos el tercer país rico con mayor pobreza infantil y desde el inicio de la crisis 800.000 niños más viven en España bajo el umbral de la pobreza.
Pero no queremos quedarnos con esta sensación que incita a hacer las maletas para salir del planeta. Volviendo al tema inicial, al hombre fallecido en Salamanca, se llamaba Enrique. Mucha gente del barrio que le conocía quiso rendirle homenaje y lamentar que pasen cosas tan injustas, que no se ayude a los más desfavorecidos en un mundo de desigualdades inmorales. Muchas de las personas que acudieron tenían buen trato con Enrique, le habían ayudado en algún momento, habían recibido sus buenas palabras y ayuda en otras. Entre nosotros sigue habiendo más gente con corazón. Hay que seguir luchando, pero queda esperanza.